A continuación: el plasma como agente antimicrobiano, la hora del té, el tiempo frío difunde la gripe, y el apéndice tiene su función.
El plasma como agente antimicrobiano
El plasma es el gas con carga eléctrica que se encuentra en algunas pantallas de televisión de alta gama y en nuestro sol. Y en el futuro el plasma podría servir también para algo nuevo: matar a los microbios infecciosos. En este sentido un equipo dirigido por Gary Friedman de la Drexel University ha descubierto que el plasma puede inactivar los microbios de la piel en unos segundos a base de interferir en su reproducción.
Friedman afirma que si las bacterias no se reproducen, significa que tampoco pueden metabolizar ni comer; no hacen nada.
A diferencia del plasma solar, el que emplea Friedman no produce quemaduras. Y parece matar los microbios mucho antes de que llegue a afectar las células de la piel. Aparentemente el sistema es seguro, aunque Friedman dice que se necesita investigar más antes de poder usar el plasma en ensayos con humanos.
Señala que esta técnica funciona contra muchos tipos de bacterias, incluyendo los estafilococos resistentes a los fármacos, en diferentes modelos animales.
La hora del té
¿Le apetece un perrito caliente para el almuerzo? ¿Y qué tal si lo acompañamos de una taza de té con miel?
Daniel Fung, un microbiólogo de la Universidad Estatal de Kansas, y sus colaboradores han descubierto que cuando se añade miel negra de flores silvestres al té verde o al té de jazmín, la mezcla tiene potentes actividades antimicrobianas. Cuando se enfrenta con Listeria monocytogenes o Escherichia coli O157:H7 en un tubo de ensayo, la mezcla de té y de miel es capaz de matar a ambas bacterias, que son conocidas por causar intoxicaciones alimentarias.
Cuando los investigadores aplicaron la mezcla de té y de miel a perritos calientes comerciales, descubrieron que reducía los niveles de Listeria de un modo tan eficaz como en el laboratorio. El preparado también la mató en lonchas de pechuga de pavo.
Fung afirma que el té y la miel tienen propiedades antimicrobianas cuando se usan por separado pero que el efecto es más potente cuando se combinan. Por lo tanto los bebedores de té que le han añadido miel desde hace tiempo para mejorar su sabor, quizás hayan estado obteniendo un beneficio adicional.
El tiempo frío difunde la gripe
Todos conocemos que el invierno es la estación de la gripe y ahora los científicos creen saber porqué.
Peter Palese, de la Escuela de Medicina del Monte Sinaí de New York, ha estudiado la propagación de la gripe en cobayas. Los animales se mantuvieron a diferentes niveles de humedad y a temperaturas que variaron entre 5 y 30 grados centígrados –es decir, entre 41 y 86 grados Fahrenheit.
Palese dice que descubrió cómo el virus de la gripe se transmitía mucho mejor a temperaturas bajas - a 5 ºC- y que sorprendentemente no se contagiaba a 30ºC. El virus además se propagaba mejor a una humedad relativa baja que a una elevada.
Palese piensa que una combinación de estos factores puede explicar porqué el frío y la sequedad favorecen la dispersión del virus de la gripe. En estas condiciones el virus es más estable y el mucus del hospedador más denso, lo que hace que el virus no sea eliminado fácilmente. Así que el virus permanece durante un tiempo más largo en un estado que facilita la propagación de la gripe.
Palese señala que quizás nuestras abuelas tuvieran razón cuando nos decían que nos abrigáramos para no pasar frío.
El apéndice tiene su función
Un apéndice sano es algo mucho más importante que un superfluo pie de página en la anatomía humana. Ahora los científicos piensan que sí tiene una razón de ser, la de cultivar bacterias beneficiosas para repoblar el intestino cuando éste ha perdido todas las bacterias buenas.
Remetido en una zona debajo del intestino grueso, se ha considerado durante mucho tiempo que el apéndice es algo de lo que se puede prescindir. Pero William Parker, profesor de la Duke University, cree que no es así.
Propone que el apéndice es un lugar donde se conservan y mantienen las bacterias beneficiosas normales y que, en caso de una emergencia, tales bacterias se pueden liberar al sistema digestivo como un mecanismo de suministro de apoyo.
Parker considera que esas situaciones de emergencia podrían incluir un brote de disentería o de cólera, que siguen siendo problemas importantes en los países en vías de desarrollo, o un caso de intoxicación alimentaria en los Estados Unidos. En la mayoría de nosotros el intestino se repuebla de forma natural con bacterias debido a que tenemos una estrecha proximidad con otras personas. Pero en las áreas rurales, donde la densidad de población es más escasa, el apéndice puede ser la única fuente de estos microbios beneficiosos.
No obstante si el apéndice se infecta debe ser eliminado, pues la apendicitis puede ser mortal.
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-- posted at: 12:57pm PDT