Wed, 3 March 2010
Titulares: vigilancia universal del MRSA, el poder del Shitake, transmisión de Clostridium difficile, y bacterias en las lentes de contacto. Vigilancia universal del MRSA Muchos países europeos han conseguido contener la infección de piel causada por M-R-S-A. Pero los Estados Unidos no han sido tan diligentes y las cotas de infección han llegado a niveles epidémicos. Lance Peterson es director del grupo de investigación de enfermedades infecciosas en Evanston Northwestern Healthcare y profesor en la Facultad de Medicina de la Northwestern University. Peterson dice que por cada paciente con infección por M-R-S-A en un hospital se gasta un promedio de cuarenta mil dólares adicionales. Pero existe una esperanza. Peterson ha dirigido una intervención en su hospital utilizando dos técnicas ─ un test rápido para detectar M-R-S-A en todos los pacientes hospitalizados y otro que analizaba los informes hospitalarios con el fin de seguir el progreso de las infecciones. Él afirma que el gasto de estas dos herramientas merece la pena tanto para la salud de los pacientes como desde el punto de vista económico. para conocer el coste final. Peterson cree que si los administradores de Salud Pública conocen estos hechos se darán cuenta de que por cada dólar gastado en estas nuevas tecnologías pueden reducir de manera notoria sus gastos en tratamientos innecesarios. Peterson espera que llegue el día en que estos métodos se utilicen en todos los hospitales de los Estados Unidos. El poder del Shitake Durante cientos de años la gente en Asía ha utilizado tónicos obtenidos a partir de extractos de setas para promover la salud y el bienestar. Preguntándose si existía algo de cierto detrás de esta creencia, científicos de la Ohio Wesleyan University decidieron investigar estos tónicos. El profesor Jann Ichida y sus colaboradores optaron por estudiar dos de estas setas y evaluar si en el laboratorio eran capaces de eliminar bacterias potencialmente patógenas. Ichida y su estudiante de licenciatura Ashley Gustin escogieron el Shitake, una conocida seta comestible, y el Reishi, otro ejemplar fibroso y no comestible. Utilizando técnicas tradicionales de preparación de extractos, cortaron las setas, las maceraron durante varias semanas en agua o alcohol, eliminaron el solvente por evaporación, y el residuo se puso en contacto con bacterias cultivadas en placas Petri. Tomaron extractos crudos y probaron sus efectos sobre bacterias de la piel, bacterias productoras de toxinas alimentarias y bacterias comunes del tracto intestinal. Los extractos del Shitake y del Reishi inhibieron el crecimiento de los tres tipos de bacterias, tanto las beneficiosas del tracto intestinal como las productoras de enfermedades. Ichida subraya que aunque los extractos de setas tengan actividad antibacteriana, una ingesta desproporcionada puede interferir con el funcionamiento normal de la biota intestinal y causar molestias estomacales. Transmisión de Clostridium difficile Clostridium difficile es una bacteria que frecuentemente infecta a los pacientes hospitalizados sometidos a un tratamiento con antibióticos. Esta bacteria, conocida como C. diff, causa diarrea que es usualmente tratada con antibióticos específicos. Pero el veinte por ciento de las infecciones causadas por esta bacteria son difíciles de combatir e incluso pueden ocasionar la muerte, añadiendo un coste adicional, además de complicar una estancia hospitalaria. C. diff se transmite por esporas que pueden contaminar las superficies de las mesas además de los instrumentos médicos. Robin Jump, una doctora del Hospital del Case Western Reserve University afirma que estas esporas son muy difíciles de destruir. La Dra. Jump ha descubierto que las esporas de este microorganismo son muy resistentes a los métodos normales de limpieza, y que los productos utilizados normalmente para eliminar las bacterias en los hospitales no las destruyen. Por otro lado, un estudio reciente ha identificado otro sistema de diseminación de C. diff. Además de las esporas, los pacientes infectados desprenden células vegetativas. La Dra. Jump dice que estas formas vegetativas pueden sobrevivir en condiciones similares a las del tracto digestivo. Ahora Jump quiere ver si las formas vegetativas juegan un papel importante en la diseminación de C. diff en el mundo real. Mientras tanto, opina que una buena higiene hospitalaria puede ayudar a reducir las infecciones. Bacterias en las lentes de contacto ¿Cree usted que las lentes de contacto de uso prolongado están libres de bacterias? Probablemente no. Un estudio reciente en este tipo de lentes de contacto ha revelado la presencia de un número importante de especies bacterianas. Como era de esperar la bacteria más común fue un Staphylococcus que vive en la piel. Normalmente no es patógena, pero puede causar problemas en pacientes inmunodeprimidos. Más sorprendente ha sido, de acuerdo con Ejem Ahanotu, un microbiológo de la Constella Health Sciences en Stone Mountain, Georgia, descubrir la presencia de dos bacterias patógenas que pueden infectar los ojos y que nunca habían sido aisladas anteriormente en lentes de contacto. Ahanotu señala que las bacterias proceden de la contaminación de las soluciones de limpieza de las lentes de contacto. Los participantes en el estudio se quitaron y volvieron a poner las lentes varias veces durante un periodo de 30 días. Los resultados demostraron que en estas condiciones pueden contaminarse las lentes de uso prolongado. Ahanotu añade que es muy importante un cuidado y manejo adecuado de las mismas. Ahanotu recomienda asegurarse de que las soluciones de lavado de las lentes de contacto estén limpias, y que la caja en las que se guardan dichas lentes esté a su vez aseada y desinfectada, y nunca, nunca humedecer las lentes de contacto con saliva. |