A continuación: Células electroquímicas y microorganismos de los sedimentos oceánicos, cerdos probióticos, y focas de la Antártida y una enfermedad del hombre.
En el capítulo de esta semana de El Mundo de los Microbios comenzaremos con este reportaje sobre las baterías microbianas.
Células electroquímicas y microorganismos de los sedimentos oceánicos
A los oceanógrafos les encantaría poder colocar sensores en las profundidades de los océanos y dejarlos allí abajo para realizar estudios a largo plazo. Pero todavía no pueden hacerlo porque lo único que logra impulsar estos sensores son las baterías.
Mark Nielsen, graduado por la Universidad del Estado de Oregón, dice que las baterías son económicas y seguras. El problema es que se agotan y necesitan ser reemplazadas. La vida de una batería típica de un instrumento es de alrededor de un año.
Nielsen está trabajando en pilas capaces de funcionar con microorganismos que habitan en el océano. Un lado del circuito recoge los electrones producidos por las bacterias del sedimento del fondo marino, mientras que el otro combina estos electrones con oxígeno e hidrógeno para formar agua. Así se produce la suficiente energía como para alimentar un sensor – en teoría.
Nielsen afirma que, teóricamente, estos dispositivos deberían ser una fuente inagotable de suministro una vez que comienzan a generar energía, pero hasta ahora se hallan limitados por la durabilidad de los instrumentos. Entre otros problemas se produce la corrosión de los cables.
Cree que los ingenieros resolverán estos temas. Hasta el presente él y sus colegas han demostrado que las pilas funcionan en lugares donde existe una actividad microbiana alta, pero quieren ampliar su alcance. También planean probar la pila con sensores reales. ¿Su primer proyecto? Seguir las migraciones de las tortugas.
Cerdos probióticos
En Europa, al igual que en los Estados Unidos, sólo los cerditos más sanos llegan al mercado. En la Unión Europea Salmonella es prevalente en las poblaciones de cerdos. Y un cerdo es una fuente de salmonelosis para los consumidores. En estos momentos los científicos están comenzando a estudiar la terapia probiótica, no para el hombre sino para los cerdos.
Cuando una intuición se enfrenta al método científico, a menudo pierde la intuición. Pero no ha sido así en el caso de la prueba probiótica con los cerdos.
En Irlanda, Collin Hill, profesor de la University College Cork, observó que algunos cerdos de piaras infectadas con Salmonella no enfermaban. ¿Cuál era el secreto? Hill aisló bacterias intestinales procedentes de los cerdos sanos y preparó con ellas un pienso probiótico especial. Los probióticos son bacterias vivas que pueden beneficiar a su hospedador.
Los cerdos alimentados con leche desnatada con probióticos resistían Salmonella y ganaban peso. Los cerdos infectados que se alimentaban sólo con leche desnatada enflaquecían.
Hill afirma que el experimento funcionó casi tan bien como lo imaginara puesto que partió de la hipótesis de que las bacterias del intestino podrían ofrecer alguna protección contra Salmonella y sus ensayos probaron que tenía razón.
Existen aún muchas preguntas por contestar –incluyendo la más importante: ¿Cómo hacen los probióticos lo que hacen? Hill y sus colaboradores continúan con sus investigaciones.
Focas de la Antártida y una enfermedad del hombre
Unos investigadores dicen haber encontrado en focas del Antártico una cepa virulenta de la bacteria Escherichia coli, asociada a humanos. También se han encontrado cepas humanas de Salmonella y Campylobacter en focas y pingüinos.
Bjorn Olson, profesor del hospital de la Universidad de Upsala en Suecia, cree que las bacterias pueden proceder de las bases de investigación establecidas en el continente.
Olson considera que si no se tiene cuidado con los residuos humanos en estas bases científicas, o si las aguas residuales se vierten directamente a las aguas de alrededor, pueden transferirse diferentes patógenos a la fauna silvestre de la zona.
El Tratado de la Antártida exige a las bases de mayor tamaño tratar sus aguas residuales, pero Olson dice que esto puede que no sea suficiente para evitar que las bacterias contaminen el medioambiente.
No está claro qué efecto, si lo tienen, ejercen estos patógenos sobre la fauna antártica. Pero Olson asegura que, como probablemente vivirá más gente en la Antártida en un par de décadas, es preciso realizar más investigaciones en relación con la contaminación microbiana.
Direct download:
MdlM77.mp3
Category:
general
-- posted at: 10:13am PST