Microbios
Microbios, conducido por Dr. Max Brito, es un programa educativo que consta de podcasts semanales dirigidos a mejorar la comprension y apreciacion del rol vital que los microorganismos juegan en nuestro planeta y promover la microbiologia.

A continuación: Un estudio sobre las tacitas de bebé; las áreas higienizadas de la NASA; y los científicos investigan sobre la adicción al chocolate.

Un estudio sobre las tacitas de bebé

El microbiólogo Randy Worobo, de la Cornell University, plantea una pregunta a los padres: ¿cuantas veces nos servimos un vaso de leche, lo dejamos fuera del frigorífico todo el día y luego nos lo bebemos?
       
No muy a menudo. Sin embargo es frecuente que los padres llenen por la mañana unas tacitas para que los niños vayan dando sorbitos a lo largo del día. Worobo dice que, en el caso de la leche, esta costumbre puede ser una buena receta para una intoxicación alimentaria. Los patógenos comienzan a crecer rápidamente tan pronto como la leche alcanza los 40 ºF (4 ºC).

En un estudio financiado por Thermos, Worobo descubrió que en las tazas normales sin aislamiento la leche alcanzaba esa temperatura muy pronto. De hecho los patógenos comenzaron a multiplicarse sólo en cuatro horas. En cambio las tazas con aislamiento mantuvieron la leche fría durante 16 horas.
                                       
Worobo nos dice que a las 16 horas en las tazas sin aislamiento o con un aislamiento pobre se detectaron 5,000 veces más patógenos que en las tazas con un sistema de aislamiento correcto.
                           
Señala que puede que el sistema inmune de los niños muy pequeños no sea capaz de combatir todos estos patógenos. Pero evitar el problema es fácil – solo hay que esterilizar las tazas entre uso y uso, mantenerlas refrigeradas cuando contienen líquido o emplear tazas con aislamiento. Las tazas con agua o con zumo no presentaron el mismo problema. ¿Qué hay en la taza de su niño?

Las áreas higienizadas de la NASA
               
Investigadores de la NASA afirman que las zonas higienizadas, que se usan para el ensamblaje y la preparación de los vehículos espaciales, contienen una sorprendente cantidad y variedad de microorganismos.

Kasturi Venkatewaran, un científico que trabaja en el laboratorio de motores a reacción de la NASA, inspeccionó junto con sus colaboradores esas áreas higienizadas en tres centros de la NASA. Tales zonas se mantienen limpias mediante filtros que eliminan las partículas y los operarios que trabajan en ellas llevan ropa protectora. Pero un escaso número de partículas no significa un bajo número de microorganismos.

Venkatewaren señala que se detectaron alrededor de 120 tipos diferentes de microorganismos, la mitad de los cuales no han sido clasificados.

Estos investigadores en vez de usar los métodos tradicionales de cultivo emplearon una prueba más sensible que detecta el material genético común a todos los microorganismos. Esta técnica encontró tipos de bacterias que prosperan en condiciones extremas de baja disponibilidad de nutrientes.

El determinar lo que vive en estas áreas higienizadas puede ayudar a la NASA a desarrollar mejores métodos de limpieza para los vehículos espaciales, lo que es de vital importancia si éstos se envían para saber si existe vida en otros planetas.

Dicho de otro modo, es necesario conocer lo que enviamos arriba para que, cuando regrese abajo, podamos distinguir lo que es un mero habitante de la Tierra y no tomarlo como signo de vida en otros planetas. 

Los científicos investigan sobre la adicción al chocolate.

Un estudio reciente señala que algunas personas son adictas al chocolate, mientras que a otras les tiene sin cuidado. Es posible que lo que distingue a estos dos tipos de personas tenga algo que ver con los microorganismos que contienen sus respectivos cuerpos.

Los amantes del chocolate tienen en su intestino bacterias que son diferentes de las que presentan las personas que no toman este alimento. En un estudio se compararon  dos grupos distintos de personas sanas: un grupo tomaba diariamente chocolate y el otro nunca. Los productos metabólicos presentes en cada grupo fueron bastante distintos.

Sunil Kochhar, director del Centro Nestle sobre Investigación Metabólica de Lausanne en Suiza, afirma que los que comían chocolate tenían menores niveles del colesterol malo. Además en su intestino había microorganismos diferentes respecto al grupo no comedor de chocolate.
               
Afirma que, aunque se trata solamente de un estudio preliminar, este tipo de análisis permite a los investigadores empezar a comprender la relación que existe entre la dieta, la microbiota intestinal y las perspectivas de salud de la gente.

Kocchar indica que lo que realmente intentaba este estudio era mejorar la salud pública a través de alimentos de diseño. Según él, la parte más difícil del trabajo fue encontrar gente a la que no le gustaba el chocolate.

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