A continuación: Las bacterias y la terapia para el Alzheimer, etnia y tuberculosis, los microbios y sus ambientes, y el estímulo de la respuesta inmune a los tumores.
Las bacterias y la terapia para el Alzheimer
Las bacterias producen de forma rutinaria amiloides, el mismo tipo de acumulación de proteínas fibrosas insolubles que en las células humanas puede conducir a enfermedades neurodegenerativas. Curiosamente las bacterias producen amiloides para su propia supervivencia y esta estrategia puede ofrecer un enfoque nuevo y sorprendente para el tratamiento del Alzheimer.
Los amiloides son fibras proteicas con formas anormales que se depositan dentro o fuera de una célula viva. Son signos indicadores de enfermedades tales como el Alzheimer o el Parkinson. La terapia actual contra el Alzheimer va dirigida a ralentizar la formación de las fibras. Pero puede ser que las fibras en sí no sean tanto la causa de la enfermedad como las toxinas que se producen cuando estas fibras se están formando.
Si esto es así, un nuevo estudio en la bacteria Escherichia coli, que produce amiloides para su propio beneficio, nos ofrece una nueva percepción del tema.
El microbiólogo de la Universidad de Michigan, Matthew Chapman, piensa que las bacterias nos están diciendo que no hay que ralentizar la formación de fibras sino, al contrario, acelerarla.
Su equipo descubrió que las bacterias controlan eficazmente la formación de fibras y producen rápidamente amiloides funcionales. Tan rápidamente que se saltan las etapas donde las potenciales toxinas se producen. Imitando el eficiente mecanismo de control de las bacterias, los científicos podrían diseñar compuestos terapéuticos que sean capaces de controlar la expansión de las fibras amiloides en humanos, así como de las toxinas destructivas a que dan lugar.
Etnia y tuberculosis
Incluso las enfermedades tienen familias. El bacilo de la tuberculosis, por ejemplo, se agrupa en familias, según el perfil que tiene su genoma. James Douglas es un profesor de la Universidad de Hawai. Ha rastreado los árboles genealógicos de estas familias con la esperanza de identificar cómo se transmite la tuberculosis dentro de un grupo de personas y entre grupos diferentes.
Usando una gigante base de datos de ADN, Douglas y sus colaboradores encontraron algo extraño en tres familias diferentes del bacilo de la tuberculosis. Las cepas de las familias llamadas pekinesa, manileña y americana eran las únicas que se localizaban exclusivamente en una región geográfica- a saber, China, las Filipinas o los Estados Unidos. Y lo que sorprendió aún más a Douglas fue a quien afectaba la enfermedad.
Douglas dice que estas familias de la tuberculosis parecen estar asociadas a grupos étnicos. Según Douglas, no se sabe si esto es debido a una distribución geográfica o si es una verdadera distribución étnica. El plan consiste en seguir investigando en áreas donde las distintas cepas convivan para ver si afectan a grupos étnicos diferentes.
Douglas cree que, si este es el caso, los Estados Unidos tendrán que esforzarse en controlar la tuberculosis en otros países, no sólo aquí en casa, para proteger a sus propios ciudadanos, que son de diverso origen.
Los microbios y sus ambientes
Los científicos están descubriendo ahora que los ecosistemas compuestos de microorganismos siguen muchas de las reglas de los ecosistemas poblados por formas de vida de mayor tamaño.
Shahid Naeem, profesora de la Universidad de Columbia, dice que si eliminamos especies de plantas o animales de ecosistemas tales como los bosques, las lagunas y las praderas, disminuye su salud. Un ecosistema con pocas especies de animales y plantas tiene menos capacidad para recuperarse después de un incendio, una inundación o cualquier otra alteración.
Según ella se han hecho estudios con microorganismos que también sugieren que esto es cierto. Si se pierde diversidad de microorganismos, dice Naeem, comienzan a ser menos previsibles las funciones que realizan en la naturaleza. Los microorganismos empiezan a actuar de forma perjudicial para la salud del ecosistema.
Como explica Naeem, las comunidades de microorganismos pueden parecer caóticas pero los científicos están comenzando a reconocer patrones en los ecosistemas microbianos, y la comprensión de estos patrones puede conducir a una mejor predicción de cómo los microorganismos que son importantes para la salud humana y la industria se comportarán.
El estímulo de la respuesta inmune a los tumores.
Un nuevo estudio dice que las bacterias beneficiosas que viven en nuestro intestino juegan un papel importante en la depleción de los linfomas, un poderoso tratamiento contra el cáncer.
Para comenzar la depleción de un linfoma, en primer lugar los médicos extraen unas células inmunes, llamadas células T, a partir del tumor del paciente y las cultivan en el laboratorio. Una vez que se han producido un gran número de células, debilitan el sistema inmune del paciente y seguidamente introducen de nuevo las células en el cuerpo.
Nicholas Restifo, un director de investigación del Instituto Nacional del Cáncer, dice que los médicos conocían que el tratamiento funcionaba. Pero no sabían porqué. Para descubrirlo Restifo y su equipo debilitaron el sistema inmune de ratones y encontraron que se dañaba la mucosa de sus intestinos, lo que permitía que las bacterias intestinales pasaran a la sangre.
Restifo señala que estas bacterias son aliadas de nuestro organismo, ayudándonos a digerir el alimento para que sea metabolizado. Pero cuando estas bacterias entran en el torrente sanguíneo, el sistema inmune pasa a un estado de máxima alerta y activa las células T antitumorales.
Las bacterias estimulan el sistema inmune y, aunque ésta es una respuesta a una infección no relacionada, las nuevas células T implantadas atacan el tumor. Restifo espera que este hallazgo pueda ayudar a los investigadores a lanzar ataques aún más potentes contra el cáncer.
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-- posted at: 11:14am PST